El Sendero de un Mago- Anécdotas Mago Merlín y Arturo III
noviembre 29, 2018El Sendero de un Mago- Anécdotas Mago Merlín y Arturo I
noviembre 29, 2018
Recuerda nuestro mago/a interior en nuestras páginas se llamará Merlín. Él, que representa nuestra sabiduría interior, ha sobrevivido siglos, ha pasado por infinidad de pruebas. Pero nuestro mago reacciona ante la vida del mismo modo: «Él ve».
Lección Nº 7
«Cuando se limpian las puertas de la percepción, comenzamos a ver el mundo invisible, el mundo del mago.
Hay un manantial de vida dentro de cada uno de nosotros, a donde podemos ir en busca de limpieza y transformación.
La purificación consiste en liberarse de las toxinas de la vida, los pensamientos tóxicos, las relaciones tóxicas. Todos los cuerpos vivos, físicos y sutiles, son manojos de energía que se pueden percibir directamente».
En una tarde de estío, Merlín y Arturo descansaban en una quebrada. Merlín le leyó un bello poema a Arturo.
«¿Qué tal si durmieras
y que tal si,
estando dormido, soñaras?
¿Y qué tal si,
en tus sueños
volaras al cielo
y de allí trajeras
una rara y bella flor?
¿Y qué tal si,
al despertar,
tuvieras esa flor en tu mano?
¿Qué pasaría?
Mientras estamos despiertos, mantenemos la atención en los objetos y los sonidos del mundo material, de modo que es fácil suponer que lo único que poseemos es nuestro cuerpo físico. Todos los días experimentamos sentimientos, si los reunimos todos tendremos nuestro cuerpo emocional que es una historia viva de todo aquello que nos agrada y nos desagrada, nuestros temores, deseos y esperanzas. Si el cuerpo emocional pudiese entrar en un recinto, nuestros amigos nos reconocerían inmediatamente, ya que este aporta gran parte de nuestra identidad.
Está el cuerpo de conocimiento que ha venido creciendo desde nuestro nacimiento, al cual llamamos, cuerpo mental.
Pero más sutiles son todavía las razones que tenemos para vivir, las creencias profundas sobre la existencia y la naturaleza de la vida. Todas ellas conforman nuestro cuerpo causal, esa parte de nosotros que nos permite comprender la existencia. En él residen la memoria y el deseo. Todos estos cuerpos son únicos en cada persona. Por lo tanto, nuestra identidad emana a partir de la consciencia de esos cuerpos.
Arturo y Merlín regresaban de un largo viaje por el bosque. Arturo se acostó debajo de un árbol para descansar un rato. Merlín lo despertó y le dijo:
«Necesitas tu fuerza para seguir camino a casa. Si duermes quedarás agotado«.
«¿Agotado?. Por eso mismo trato de dormir un poco«, respondió Arturo.
«Sin embargo durante el sueño realizas todo tipo de actividades. Tu cuerpo físico descansa y repara sus fuerzas. En los sueños, tu cuerpo emocional realiza sus deseos, temores, esperanzas y fantasías. Tu cuerpo causal regresa al mundo de la Luz, considerado por algunos como el cielo.
Para otras personas, es la solución repentina a un problema o a una idea que sale de la nada cuando despiertan.
Todas estas son formas de calibrar la compleja coordinación entre todos tus cuerpos. El acto más creador que podrás emprender jamás será el de crearte a ti mismo. Eso ocurre en planos visibles e invisibles».
Según los magos, la razón por la cual todos dormimos en la noche es para poder ordenar todos esos cuerpos después del esfuerzo que nos representa estar despiertos, pero la actividad más sutil de todas se realiza en el silencio puro.
La próxima vez que tu notes un momento de silencio, no lo consideres como un momento de distracción. Tu conciencia se habrá deslizado por entre las grietas de los cuerpos físico, emocional, mental y causal. En el silencio profundo, regresamos a la causa última, al Ser puro. Allí nos encontramos frente a frente con la Creación, la fuente de todo lo que ha sido, Es o será, que es simplemente, nuestro propio Yo.
Lección Nº 8
«El poder es una espada de doble filo. El poder del Ego busca controlar y dominar. El poder del Mago es el poder del Amor. El asiento del poder está en el Yo interior. El Ego nos persigue como una sombra oscura. Su poder intoxica y crea adicción, y al final nos destruye. El choque eterno del poder termina en la Unidad».
La tristeza se apoderó de Arturo al acercarse el momento de abandonar a Merlín. Tenía quince años y rara vez había estado con otras personas.
«Deseo preguntarte algo pero no sé como o si debiera hacerlo», dijo Arturo.
«Hazlo, ¿Tal vez deseas saber cómo es estar enamorado?» le respondió Merlín.
Merlín lo llevo a un claro del bosque y encendió una vela, que sostuvo entre sus manos frente al sol, entonces le preguntó al muchacho si podía ver la llama y Arturo le contestó que no.
Luego volcó dos gotas de genciana silvestre sobre sus dedos y le pidió a Arturo que la probara y Arturo le respondió que era muy amargo.
Luego lo llevo a un lago y le ordenó que se lavara las manos y le dijo, «ahora prueba el agua, ¿hay algún rastro de sabor amargo?
y Arturo le contestó que no. «¿Pero que tiene que ver esto con el amor?»
Merlín no le respondió y le dijo «siéntate y quédate quieto».
Entonces mientras Arturo estaba sentado frente al lago, observó como un pequeño ratón era apresado por un águila.
Entonces el joven preguntó: «¿pero que tiene que ver con el amor todo lo que me has mostrado?»
Y Merlín le respondió: «Al igual que la llama que se torna invisible ante el sol, tu ego se disolverá en medio de la fuerza abrumadora del amor. Como el sabor amargo que desaparece una vez diluido en el lago, la amargura de tu vida será tan dulce como las aguas más frescas cuando se mezclen con el amor. Y al igual que la presa devorada por el águila tu importancia parecerá un punto minúsculo en el ojo del amor que te devora».
El poder del amor es el poder de la pureza. Mientras temas no podrás amar de verdad. Mientras sientas ira no podrás amar verdaderamente. Mientras sientas el egoísmo del ego, no podrás sentir verdadero amor.
Por impuro que seas el amor te buscará y trabajará en ti hasta que puedas amar. El amor es el aire que respiramos. Es la culminación del poder porque sin necesidad de fuerza, el amor lo trae todo hacia sí. El verdadero poder es interior.
A fin de recibir amor primero hay que darlo. Para asegurarnos que otra persona nos ame incondicionalmente, primero debemos eliminar todas las condiciones. Para aprender a amar a otro, primero debemos amarnos a nosotros mismos.
No existe una forma correcta o incorrecta de aproximarnos al amor. La vía puede parecer muy carente de amor, pero es sólo el ojo de quien percibe, no el mundo allá afuera el que priva a una persona de amor.
La mayoría de nosotros pensamos que el amor es una atracción hacia otra persona. Una fuerza que nos hace sentir importantes para otro. Sin embargo Merlín diría: «lo que ustedes llaman amor, va y viene, pasa de un objeto de deseo a otro. Se convierte en odio si el deseo no se cumple. El verdadero amor no puede cambiar, no tiene nada que ver con un objeto y no puede transformarse en otra emoción, puesto que no es una emoción y la respuesta está en aceptarnos a nosotros mismos.
El amor se percibe primero adentro. El ser amado más deseado es una extensión de ti mismo. El amor que piensas obtener de otra persona saca a flote una limitación de tu propia conciencia. Para un Mago todas las formas de amor provienen del yo».
«Eso suena en extremo egoísta», objetó Arturo.
«Confundes el Yo con el Ego, cuando en realidad el Yo es espíritu. El egoísmo viene del ego, el cual desea poseer, controlar y dominar. Cuando el Ego dice te amo porque eres mío, es un planteo de dominio y de posesión, no de amor. Quienes han aprendido a amar realmente se han deshecho del egoísmo».
Y Arturo le preguntó: «¿Cómo es esa experiencia?»
«Un día, cuando hayas superado tu ansiedad verás una pequeña luz en tu corazón. Al principio será una chispa, después la llama de una vela y finalmente una hoguera gigantesca. Entonces despertarás y la llama devorará al sol, a la luna y a las estrellas. En ese momento no habrá otra cosa que amor en el cosmos, aunque todo estará aún dentro de tu propio corazón».
Lección Nº 9
«El mago vive en estado de conocimiento. Este conocimiento dirige su propia satisfacción. La consciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. Las intenciones comprimidas en palabras encierran un poder mágico. El mago no trata de resolver los misterios de la vida, está aquí para vivirla».
La gente estaba muy preocupada en saber si era cierto que Arturo había conocido a Merlín. Para probar su existencia le pedían a Arturo que hablara de los hechizos, encantamientos y conjuros que Merlín utilizaba para adquirir poder. Pero la respuesta de Arturo era siempre la misma: «Merlín, me hablaba de las palabras. Me decía que las palabras tienen poder, que cubren los secretos de la misma manera que las trampas cubren los pasadizos subterráneos»
Lo que Merlín pretendía enseñarle a Arturo es que el poder de las palabras no radica en su significado superficial, sino en sus cualidades ocultas. Cada palabra encierra a la vez conocimiento y una intención determinada. Estas dos cualidades son de por sí, mágicas.
Ya mencionamos anteriormente que estamos acostumbrados a identificarnos con nombres y rótulos, y estos naturalmente son palabras. Palabras que cada vez nos van restringiendo más y más. Si trasladamos eso a la vida cotidiana, recordaremos que al comienzo de nuestra vida, nuestros padres se encargaron de educarnos acerca de las cosas del mundo, haciéndolo mediante palabras. No olvidemos que cada palabra tiene un significado psicológico, y a través de las palabras podemos hacer sentir bien o mal a alguien.
Y una de las palabras que tienen un fuerte impacto son el «SI» y el «NO». Estas palabras pueden levantar fronteras o eliminarlas en un minuto. Que importante es poder darse cuenta que todo aquello que creemos que podemos hacer, lleva encerrado un «SI» pronunciado por uno de nuestros padres o una maestra en algún momento de nuestra vida. Y todo aquello que creemos que no podemos hacer, lleva escondido un «NO», provenientes de la misma fuente.
Alguna vez te has puesto a pensar de dónde provienen esas ideas de limitación que te impiden llevar acabo algo que realmente te gustaría materializar en tu vida?.
Cuántas veces les decimos a nuestros hijos «todavía no estás capacitado para hacer tal o cual cosa? Y así sucesivamente, vamos creando limitaciones y rótulos que seguirán con nosotros en la medida que nos demos cuenta que aunque las palabras nos dicen quiénes somos, de todas maneras somos mucho más de lo que ellas puedan expresar. Y esto hay que tenerlo muy claro, nadie a través de una palabra puede determinar quiénes somos, o cómo somos. El poder sobre lo que pensamos de nosotros mismos, sobre lo que estamos capacitados para hacer o no, es exclusivamente nuestro. Ninguna persona, ni cosa, ni lugar tiene poder sobre nosotros.
Independientemente del poder de las palabras, las personas pueden cambiar. El poder de las palabras puede crear algo nuevo, no sólo un límite.
El mago utiliza las palabras para decir «SI» a las cosas que nos han enseñado a decir «NO».
De ahí el poderoso significado de decir «YO SOY», con esto estamos decretando una serie de cosas que se hacen realidad en nuestra vida. Siempre que una palabra está respaldada por una intención, el Universo Creador está notificado de que tenemos un determinado deseo que queremos que se cumpla.
No necesitamos más que eso para que nuestro deseo se haga realidad, porque la capacidad que tiene el Universo de ejecutar nuestros deseos es infinita. Todos los mensajes son escuchados y obedecidos. El problema es que a veces nuestros mensajes no están muy claros y parecen enredarse y aunque en el universo jamás se hace caso omiso de nuestras intenciones, puede haber obstáculos que impidan que éstos se cumplan considerando la cantidad de conflictos que se encierran en ella, todos los conflictos presentes en el corazón humano.
«Ustedes los mortales, suponen que tienen que trabajar duro para concretar sus sueños, cuando la verdad es que todo el trabajo que se toman, les impide realizar sus sueños» decía Merlín.
Las intenciones son simples deseos, y los deseos van ligados a las necesidades que tenemos. Los conflictos a los que nos referíamos, desaparecerán en el momento en que decidamos generar un cambio en nosotros.
1-El primer paso es el «RECONOCIMIENTO«. Reconocer, en primera medida que más allá de la situación que estamos viviendo, hay cosas maravillosas que nos han sucedido en la vida. Nosotros somos artífices de nuestras propias experiencias, que vamos creando a través de todo lo que pensamos. No existe un solo pensamiento que no produzca un resultado. El problema es que la mayoría de las veces dejamos pasar por alto los pequeños resultados que no se acomodan a nuestras metas inmediatas o no coinciden con aquello que según nuestro ego «Debería» suceder. En cambio el mago vive en el mundo «de lo que ES», el propio Universo Divino.
2-El segundo paso es hacer realidad nuestras intenciones. Para eso debemos confiar en el poder infinito del universo. Dejemos libre nuestra intención en el campo de lo eterno, confiemos en que el universo hará el trabajo por nosotros. Es así como se concreta lo que en metafísica llamamos «el Plan Divino». No hace falta repetirle a Dios nuestras intenciones una y otra vez, «por las dudas». Siempre nos escucha, pero jamás dudes de esto, porque con tu pensamiento echarás por tierra tus más anhelados deseos.
3-Tercer paso que es adquirir la tranquilidad y la seguridad de que nuestros deseos se cumplirán porque nuestro pensamiento individual formó una unidad en espíritu con el Universo creador. Son dos en UNO.
«Recuerda siempre, que Dios no juzga, sólo la mente lo hace». Cada vez que desees algo, eleva tus peticiones al Universo Creador, que el te escuchará, pero antes cerciórate de que realmente quieres aquello para tu vida. Porque todo lo que pidas, se te concederá.
Lección Nº 10
«Todos tenemos un Yo sombra, que es parte de nuestra realidad total. El Yo sombra no está aquí para lastimarnos, sino para señalar nuestro vacío. Cuando acogemos a la sombra, esta sana. Cuando sana, se convierte en amor. Cuando aprendamos a vivir con nuestras cualidades opuestas, viviremos nuestro Yo total, al igual que el Mago.»
«Parece que nunca te sintieras solo«, le dijo Arturo a Merlín.
«Es imposible sentirse solo. Ustedes los mortales no pueden sentirse solos porque tienen un gran número de personalidades en lucha dentro de ustedes mismos. A los magos les es imposible sentirse solos, porque no tienen personalidad alguna dentro de ellos», replicó Merlín.
«No comprendo, quién más dentro de mí, salvo yo mismo?«, preguntó asombrado Arturo.
«Primero debes preguntar qué es esa cosa a la que llamas tú mismo. A pesar de la sensación de ser una sola persona, en realidad eres una combinación de muchas personas y tus múltiples personalidades muchas veces no se llevan bien, todo lo contrario. Cada una de ellas lucha por ocupar tu cuerpo, «contestó Merlín.
Cuando escudriñamos nuestro interior nos damos cuenta que existen muchas personalidades que compiten por saber cual es la que predominará sobre la otra. Cuantas veces pasamos por situaciones donde no sabemos que nos pasa realmente en nuestro interior. Sentimos que emergen puntos de vista diferentes, y nos sentimos confundidos. Esos puntos de vista a veces son tan dispares el uno del otro que provocan conflictos internos.
Después están los papeles con los cuales nos identificamos en nuestra vida: padre o madre, hijo, hermana, hermano, hombre o mujer, sin dejar de mencionar los papeles que representamos en nuestro ámbito laboral: médico, abogado, sacerdote, etc.
Cuando nacimos esas personalidades no estaban en pugna porque éramos bebés, y los bebés no tienen conflictos con sus deseos. Para ellos no existe el concepto del Bien y el Mal hasta el momento en que crece lo suficiente para aprender esos conceptos.
Merlín dice que nos convertiremos en Mago cuando comencemos a pensar nuevamente como lo hacen los bebés. ¿Cómo piensa un bebé?, sencillamente «sintiendo». Cuando se le presentan sensaciones, pueden sentir si le traen placer o dolor, y responden a ello. El bebé no siente la inhibición de desear el placer y evitar el dolor.
Poco a poco el bebé comienza a crecer y se empiezan a escuchar las vocesitas interiores, primero la vos de la madre que dice «si» o «no»,» eres un niño muy bueno», «eres un niño malcriado». Todo esto va formando lo que se llama «mensajes parentales», que van formando paulatinamente la personalidad del niño.
Cuando lo que dice mamá o papá concuerda con lo que el bebé desea, no hay problemas. Los problemas surgen cuando no coordinan las necesidades del bebé y lo que sus padres esperan de él. El conflicto es inevitable. Entonces empiezan a chocar los dos mundos, el interior, sus propios deseos, y el exterior, la realidad cotidiana, donde están las personas más importantes, nuestros referentes a nivel afectivo, que son nuestros padres. Entonces el bebé aprende a dudar de lo que siente. Lo que antes era: «Esto es lo que deseo», ahora es… ¿Está bien que desee esto?.
Durante muchos años, esta pregunta se repite una y otra vez. ¿Cuántas veces nos preguntamos si está bien o está mal lo que tenemos pensado hacer?. Todo esto va generando sensaciones de duda, temor, culpabilidad, que muchas veces por no demostrarlo, las vamos guardando en nuestro interior, una sobre otra. Las sensaciones que guardamos siempre están ahí, permanecen vivas, por más hondo que pretendamos guardarlas. Y alguna vez saldrán a la luz.
Todos los conflictos interiores que vamos guardando son los que Merlín llama el Yo-Sombra. Nuestra mente es como una cárcel donde guardamos todo, lo bueno y lo malo, pero a la vez somos prisioneros de todo lo que nos marca en la vida. Cuando somos adultos aprendemos, que a veces no es bueno dejarse llevar por lo primero que sentimos, ya sea porque «no corresponde, por buena educación, por tacto, o por hacer lo que alguna vez nos enseñaron lo que debíamos hacer en determinadas circunstancias», entonces aprendemos a guardar las energías negativas. Somos como una bomba a punto de estallar en cualquier momento.
«Nada es fácil. Toma nota que eres carcelero y prisionero a la vez. Si eres ambos lados de la moneda, entonces ninguno de los dos extremos puedes ser tú mismo, ya que se anulan entre sí. Reconoce esto, y serás libre», le dijo Merlín a Arturo.
Es necesario ponerle fin a las guerras internas y buscar la paz interior. Pero no es posible comenzar a resolver nuestros conflictos internos si no sabemos de qué están hechas nuestras personalidades interiores. Todas las personalidades están hechas de lo mismo, alguna vieja energía adherida a un recuerdo. Por ejemplo ¿Quién no recuerda haber sido castigado de niño por alguna cosa que en realidad no hizo?. La energía del resentimiento queda adherida al recuerdo, y comenzamos a formar un fragmento de la personalidad con nombre propio» un niño resentido» que vivirá con esa energía hasta el momento que esa energía sea liberada.
También tenemos recuerdos asociados a gratos momentos que hemos vivido, sin embargo tendemos a revivir más las cosas que nos dañaron que las cosas buenas. Nada más dañino para nosotros mismos que traer al presente lo que nos hizo sentir mal en el pasado. Sin embargo es tan bueno traer a la mente los gratos momentos, cuando estamos pasando momentos difíciles… Esto tiene que ver con la capacidad de sentir «Gratitud» por la vida en sí misma, más allá de que en este momento tengamos mucho por resolver todavía. Gratitud por lo que tenemos y aún por lo que no tenemos, con la total certeza de que «eso» que tanto anhelamos para nuestra vida, ya está preparado para nosotros, y listo a venir para hacerse realidad.
El conflicto resultante es el que hace que la vida sea tan ambigua, tan llena de luz y de sombra a la vez.
La mejor manera de liberar las energías negativas, es reconocer que está allí. No las niegues por más dolorosas que sean. Cuanto más las niegues más las enterrarás, pero cuidado, que seguirán estando allí hasta el momento en que te hables a ti mismo y te digas «es así como me siento».
No importa demasiado si no puedes decirle a otra persona lo que te sucede en tu interior, es mucho más valedero y más difícil mirarse al espejo y «ver» lo que nos está pasando. No te olvides que tú puedes ser tu peor enemigo negando lo que te pasa. Cuando reconozcas lo que te sucede, habrás ganado la mitad de la batalla, lo demás, la solución al problema viene solo, porque en un espacio de rendición, el corazón queda sin tapujos y se abre al amor. Cada problema tiene su razón de ser, y a la vez guarda en sí mismo la solución, sino no sería un problema.
Reconocer que algo nos sucede, es una forma de aceptarse tal cual cómo uno es, y aceptarse es una de las tareas más difíciles que nos toca en esta vida pero a la vez más reconfortante, porque uno comienza a ser libre. Y ser libre es saber perdonar, no solo a los otros sino a nosotros mismos, por las veces que nos equivocamos, por sentir alguna vez vergüenza, por haber obrado mal, por haber herido a alguien, por haber dicho que sí, y por no haber dicho un «no» a tiempo, por tantas otras cosas más. que no importan, porque ya pasaron y no se puede volver atrás, lo que sí importa es lo que vamos a hacer «AHORA», porque el pasado ya no tiene poder, el poder está en el momento presente.
Reconocer que nos equivocamos es un acto de valentía y amor a uno mismo. Si no nos perdonamos a nosotros mismos, quién nos perdonará?. Después de todo estamos AQUÍ, para aprender de cada una de las experiencias que se nos presenta en la vida, cuando nos dejemos de equivocar. ya no estaremos aquí. Libera tus sombras y encontraras a un sol maravilloso que lleva tu nombre.
Antes de despedirme me gustaría hacerte una pregunta ¿Cuántas veces te miraste al espejo y te dijiste lo mucho que te amas?
Referencias